sábado, 28 de agosto de 2010

LOS CAMINOS DE LA VIDA

¿Te has preguntado alguna vez, cuál es el rumbo que está tomando tu vida? ¿O si es bueno el camino que estás siguiendo?
Podemos decir que la vida es semejante a un camino por el cual cada uno de nosotros transita una sola vez en la vida.

En esta vida, hay muchos tipos de camino que podemos encontrar:
  • Para algunos el camino es más o menos tranquilo y sin curvas; van contentos por él y disfrutan de grandes y pequeñas alegrías.
  • Otros van por una ruta accidentada, lo cual implica que llevan una vida agitada y sin paz.
  • También, tenemos aquellos cuyo camino es “un callejón sin salida”; los desilusionados de la vida, quienes van por el camino sin obtener lo que esperan.
  • Para otros, el camino es como un remolino. Sus vidas son un continuo girar sin cambios ni progresos; más bien terminan hundiéndose cada vez más.




¿QUÉ ES EL PECADO?

CONCEPTOS FALSOS DEL PECADO

La gente mayor tiene una idea equivocada de lo es el pecado, y piensa:
1. “Soy así, ¿Qué culpa tengo yo? ¿Yo soy así y qué?
2. “Pecado es algo que va contra la conciencia. Mientras sientas que estás bien, no es pecado”.
3. “Sólo es pecado si hace daño a otro. Pero yo, no hago mal a nadie”.
4. “Si todos hacen lo mismo, entonces no es pecado”.

CONCEPTO VERDADERO DEL PECADO

El pecado es tener una actitud equivocada hacia Dios y hacia otras personas, es decir, cuando damos preferencia o satisfacción a nuestro “yo” en lugar de dársela a Dios, o el vivir para uno mismo sin importarle los demás.


  •  EJEMPLO DEL PECADO:
Si lo mínimo para aprobar es un examen es 11, y tú sacas 10 y él saca 07, tanto tú como él están desaprobados. No es correcto decir: “yo saqué mejor nota que el que saco 07” porque los dos entran en la calificación de desaprobados.
Así, para muchos, sólo es pecado el matar, adulterar o robar, pero están muy equivocados.


CONCLUSIÓN

Todo lo que hasta aquí hemos tratado, nos lleva a enfrentarnos a una realidad:
 La condición del hombre ante Dios.
 El ofrecimiento de Dios que nace de su misericordia y amor por el hombre, entonces, tenemos solo dos opciones:
1. Rechazar a Jesucristo.
2. Aceptar a Jesucristo como Salvador.

Recuerda que tu vida, tu camino depende únicamente de tí, porque el Señor Jesús vino “a salvar” a su pueblo de sus pecados y a “enderezar los caminos torcidos”.
Jesucristo ya ha hecho su parte y ahora te toca a tí aceptar el ofrecimiento de Dios. Si te arrepientes de tus pecados estarás reconociendo tu pobre condición delante de Dios y diciendo:”Ten misericordia de mí, que soy un pecador”.


A continuación les presentaré un video:



 

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