martes, 28 de septiembre de 2010

EL GUSANO QUE QUERÍA VOLAR

¿Alguno de ustedes conoce la historia del gusano que quería volar? ¿No?
Bueno, les contaré de este feo gusano que estaba harto de arrastrarse en el polvo y en el fango, y de no conocer otra cosa que la tierra.
El pobre gusano soñaba cada día con ver el sol y las flores, volar y mirar la naturaleza desde arriba y, un día, escuchó una voz que le dijo: “Si tú quieres volar puedes hacerlo; sí, ¡tú puedes…!”. Entonces, no tardó en buscarse un par de alas y amarrárselas al cuerpo, pero sin resultado. Pensando en hacerlo mejor se matriculó en un curso de aviación, pero tampoco la sirvió de nada.
Sin embargo, una mañana el feo gusano empezó a tejer alrededor de su cuerpo un capullo, del cual emergió una hermosa mariposa.

Así como el gusano, cuántos de nosotros, insatisfechos y decepcionados hemos tratado de cambiar, de ser diferentes; hemos querido salir del fango y dejar de arrastrarnos en el pecado. Pero, por más que hicimos, no pudimos cambiar.
En vano son nuestros esfuerzos, promesas o resoluciones porque ellos no pueden cambiarnos. Muchos de nosotros recordamos cada 31 de diciembre y las promesas que hemos hecho de nunca más volver a hacer tal cosa, pero ¡que decepción! No había pasado ni 24 horas cuando nos vimos nuevamente derrotados e incapaces de poder cambiar.
NO, el hombre no puede cambiar por sí mismo, ¡HAY QUE HACERLO DE NUEVO! ¡Únicamente Dios puede hacerlo! El señor Jesús dijo: “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. “Os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3: 3-8). 

 


2 comentarios:

Evelyn sarmiento ventura dijo...

Asi como el gusano hizo muchos intentos por sì solo sia ayuda de nadie, nosotros tambien somos de la misma manera cuando no buscamos la ayuda de Dios.
Por eso debemos creer en el Señor para que nos ayude siempre y este junto a nosotros cuidàndonos y guiàndonos en nuestro caminar.

Anónimo dijo...

ese es muy lindo, scuchenlaaaaaa¡¡¡¡¡

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